Hoy os proponemos una pequeña ruta por el “Casco Vello” de nuestra ciudad, Ourense… Aquí os describimos un sencillo recorrido por sus calles y por sus plazas, en el que podréis ir conociendo vestigios de diferentes épocas, desde los antiguos romanos, así como las historias y leyendas que los rodean.
Pazos señoriales, fuentes termales, museos o grandes templos como la catedral, uno de los mejores ejemplos del románico de toda la Península Ibérica, son algunos de los ingredientes que hacen de Ourense una pequeña gran belleza, para muchos todavía desconocida…
1.- El origen de la ciudad
La ciudad de Ourense tiene más de 2000 años de antigüedad. Su origen se encuentra ligado a las aguas termales y a las explotaciones de oro, elementos que atrajeron hasta aquí a los romanos, que fundaron una “civitas” al calor de las fuentes de As Burgas. Con el tiempo, lo que era un pequeño campamento se fue consolidando gracias a la construcción del gran puente sobre el Miño, creciendo ya como capital durante la edad media y llegando hasta nuestros días como una de las ciudades más importantes de Galicia.
2.- Praza do Ferro
Un buen punto para comenzar el recorrido es la “Praza do Ferro”, muy cerca del lugar en el que se localizaba la vieja puerta de la Corredoira (una de las entradas más habituales a la antigua ciudad amurallada de Ourense). La plaza debe su nombre a los mercados que aquí se celebraban, a los que acudían herreros desde distintos lugares, sobre todo de Galicia y Asturias, para vender sus productos.
Domina la plaza una bonita fuente, traída a finales del s.XIX desde el Claustro dos Bispos, en el Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil (Ribeira Sacra). Mucha gente piensa que procede del Monasterio de Oseira, debido seguramente a que en la misma época se trajeron a la ciudad varias fuentes desde allí (además, en algunas obras escritas sobre la historia de la ciudad, se hace referencia a esta procedencia).
Podríamos considerar esta plaza además como uno de los núcleos culturales de Galicia, ya que en ella y en sus calles adyacentes nacieron o vivieron escritores y estudiosos de la talla de Vicente Risco, Otero Pedrayo, Florentino López Cuevillas, Xaquín Lorenzo “Xocas” o Eduardo Blanco Amor.
3.- Eirociño dos Cabaleiros
El “Eirociño dos Cabaleiros” es una de las plazas más antiguas de la ciudad. Como su propio nombre indica, el lugar fue algo así como el barrio rico de Ourense, en el que residieron durante siglos las familias más nobles de la capital. Este espacio fue edificado ya en el s.XII, aunque en la actualidad no se conserva ninguna construcción de aquella época.
El edificio más destacado de los que podemos ver hoy, es el Pazo dos Armada (s.XVI), con su preciosa balconada de madera. A principios del s.XIX, el propietario de este palacio era D.Guntín, un Canónigo de la Catedral. A su servicio trabajaba una mujer llamada María Andrea, tan fiel y leal que defendió la casa heroicamente durante el ataque de las tropas francesas, en 1809. En reconocimiento por su valentía, D.Guntín se la dejó en herencia, conociéndose desde entonces popularmente como la Casa de María Andrea.
4.- Santa Eufemia
La iglesia, la más grande de la ciudad después de la catedral, comenzó a construirse en el s.XVII, pero tardaría más de 100 años en terminarse. El elemento más importante es su fachada, una de las obras más importantes del barroco gallego, en la que, si nos fijamos, las paredes y las columnas dibujan una forma cóncava con el objetivo de crear una sensación de mayor altura.
5.- Plaza Mayor
Durante siglos, la Plaza Mayor fue el centro de la vida de Ourense, acogiendo innumerables fiestas, ferias, mercados, actividades culturales e incluso corridas de toros. Además, este lugar es uno de los orígenes de la ciudad, ya que se cree que cuando llegaron los romanos, hace más de 2000 años, eligieron este espacio para instalar un campamento.
Con el tiempo, decidieron quedarse, construyendo ya edificios permanentes como el antiguo “Presidium”, que fue reconvertido como Palacio Episcopal (residencia del Obispo) en el s.XII. Este edificio se mantiene todavía en la actualidad, aunque muy modificado y hoy es la sede del Museo Arqueológico de Ourense (El pueblo creía que desde sus ventanas, los obispos controlaban a los habitantes de la ciudad durante los festejos y demás actividades).
Junto al Palacio del Obispo se encuentra el edificio que más destaca en toda la plaza, la Casa do Concello (el ayuntamiento, cuya construcción data del año 1889). A pesar de la proximidad de estos edificios, sede de los dos principales poderes de Ourense, la relación entre políticos y eclesiásticos fue bastante tensa en muchos momentos de la historia, debido a la lucha por el control de la ciudad.
Vemos también que el suelo de la plaza no es precisamente llano… Se dice que estamos en la única Plaza Mayor de toda Europa que se encuentra inclinada. Cosas del accidentado relieve de Galicia.
6.- Santa María Nai
En una de las esquinas de la Plaza Mayor, se encuentra la Iglesia de Santa María Nai. Se cree que en este mismo lugar, en el s.VI, el rey Suevo Carriarico construyó la primera Catedral de Ourense, en agradecimiento por la curación de uno de sus hijos (fue dedicada a San Martiño de Tours). Parece ser que las columnas de mármol que podemos ver en la fachada, que recuerdan al estilo romano, se conservan todavía desde la construcción original. Serían testigos por lo tanto de más de 1.500 años de la historia de la ciudad.
7.- As Burgas
Se cree que desde tiempo inmemorial, As Burgas eran consideradas como un lugar mágico, al que se acercaban los pobladores de los antiguos castros atraídos por sus aguas. Con el tiempo, sobre todo después de la llegada de los romanos, se fue creando alrededor de los manantiales un pequeño asentamiento, que podemos considerar como el germen primitivo de lo que hoy es la ciudad de Ourense.
En el complejo termal de As Burgas existieron tradicionalmente tres fuentes. La más conocida es la Burga de Abaixo, considerada como uno de los emblemas de la ciudad. De este manantial manan una media de 300 litros/minuto de agua a 67ºC de temperatura, con propiedades beneficiosas, sobre todo, para la piel y para los huesos.
Además de su utilización termal y medicinal, las aguas de As Burgas sirvieron, a lo largo de la historia, para otros usos muy diferentes. Así, era aprovechada por las lavanderas para limpiar la ropa, por los curtidores para trabajar el cuero o por las mujeres para escaldar y desplumar los pollos. Incluso se llegó a proyectar, a principios del s.XX, un sistema de calefacción para las casas vecinas utilizando el agua caliente de As Burgas, pero con poco éxito.
8.- Plaza de San Marcial
Las primeras fuentes que se instalaron en la ciudad eran muy sencillas, ya que su única función era la de proveer a la población del agua necesaria para los usos domésticos (y no acornar las plazas). Un ejemplo lo encontramos en la Plaza de San Marcial, llamada antiguamente Fonte dos Coiros, ya que era habitual que hasta aquí se trajesen las pieles para lavarlas antes de curtirlas. En el s.XV esta fuente ya servía agua, que llegaba a través de unas conducciones desde Montealegre.
9.- Plaza do Trigo
Antiguamente, el principal mercado de la ciudad se celebraba en la Plaza Mayor, pero en las pequeñas plazas que existen en sus proximidades se llevaban a cabo otros mercados secundarios, como el del cereal en la Plaza del Trigo. Además de la fuente (s.XVIII), los pórticos y varios edificios nobles, en el lugar destaca la puerta sur de la Catedral de San Martiño.
Se trata de la fachada que mejor conserva el aspecto original de la catedral, que tenía una doble función religiosa y defensiva (tiene algunos rasgos más propios de castillos). El edificio está considerado artística y arquitectónicamente como el segundo templo medieval de mayor importancia de toda Galicia, después de la Catedral de Santiago, y uno de los edificios románicos más importantes de toda España.
10.- Plaza de San Martiño
Aquí se encuentra la fachada occidental de la catedral, que conserva todavía algunos restos del edificio románico original. Con la estructura que tiene en la actualidad, podría parecer que estamos ante la entrada principal al templo. Sin embargo, este lugar se proyectó como balcón, para que el obispo se pudiese dirigir al pueblo desde las alturas, y no como puerta de acceso… De hecho, la escalera de la Plaza de San Martiño no se construyó hasta 1981, terminando con la única basílica de toda España que conservaba todavía una de estas balconadas.
11.- La Catedral de San Martiño
Construida en el s.XIII, podemos destacar cuatro elementos de su interior (podrían ser muchos más…). En primer lugar la capilla del Santo Cristo, presidida por una imagen gótica de gran realismo, traída desde Fisterra en el s.XIV (dicen que apareció flotando en el mar). Los dientes, las uñas, la barba, el bigote y el cabello son naturales y eran cambiados cada cierto tiempo, una vez que envejecían. Las diferencias entre las sucesivas pelucas fascinaban a los devotos, extendiéndose rápidamente la leyenda de que al Cristo le crecía el pelo (y las uñas).
El Cimborrio octogonal, una gran torre construida en el centro del templo, no estaba previsto en el proyecto original. Se cree que la cubierta anterior fue dañada en el s.XV durante un ataque, por lo que decidieron sustituirla por este elemento. Destacan sus grandes dimensiones y su gran altura, incluyendo varios pisos con ventanales decorados.
En una de las capillas de la parte trasera del altar mayor, se encuentra medio escondido un Cristo románico, cuya procedencia está datada en el s.XII. Pocos ejemplos se conservan en Galicia de tallas de madera tan antiguas (en este caso son casi 800 años).
Para terminar, en el fondo de la iglesia nos encontramos el elemento artístico más destacado de toda la catedral. Se trata del Pórtico del Paraíso, una de las obras cumbre del románico de la Península Ibérica… un conjunto escultural excepcional con una temática centrada en el Juicio Final. Se dice que está inspirado en el Pórtico de la Gloria de Compostela y que fue realizado por discípulos del Maestro Mateo.
12.- Plaza de Los Suaves
En el año 2003, el concello de Ourense decidió dedicar una plaza, en la parte posterior de la catedral, al grupo ourensano Los Suaves, por su larga trayectoria musical y por llevar el nombre de Ourense por todo el mundo. Una placa en su honor reza en gallego: “poetas del amor, del desencanto y de la vida, que desde Ourense compusieron rock para todo el mundo”.
Antiguamente, este rincón recibía el nombre de Plaza de las Flores, ya que aquí se celebraba uno de esos mercados sectoriales (aquí serían flores) anexos al principal de la Plaza Mayor.
La ruta no tiene ninguna dificultad y es perfecta para realizarla en grupo o en familia. La mayor parte del recorrido se desarrolla por calles peatonales. Además, en todo momento estaremos muy cerca de la famosa “zona de los vinos”, con gran número de bares y restaurantes en los que poder disfrutar de la rica gastronomía local y de los caldos de las cuatro denominaciones de origen de la provincia.