Como muchos ya sabéis, una de nuestras zonas preferidas para hacer senderismo en Galicia es O Courel, al sur de la provincia de Lugo. Allí podemos realizar un sinfín de rutas preciosas, entre las que se encuentra la de «Vilamor – Froxán – Vilamor», seguramente una de las más conocidas. Nosotros os proponemos una variante del recorrido «oficial», pasando por los rincones más bonitos del sendero tradicional y añadiendo un tramo espectacular de la «Ruta do Lor» entre Vilar y Baldomir.
Inicio | Froxán (Folgoso do Courel) |
Lonfitud | 16 Km |
Circular | Sí |
Dificultad | Media |
Esta ruta, que descubrimos hace algún tiempo con las amigas de perrunadas, comienza en la parte alta de Froxán, una de las aldeas que mejor conserva la arquitectura tradicional de O Courel (de hecho está declarada por la Xunta como Bien de Interés Cultural). Allí, junto a la famosa «Fonte do Milagro», iniciamos nuestro camino, introduciéndonos primero en las estrechas callejuelas empedradas y atravesando el pueblo, para enseguida descender por un cómodo sendero hasta el cauce del río Lor.

Foto: Fotomasagáns (Panoramio)
Entre robles, castaños y encinas llegamos al «Ponte do Bao», un antiguo paso, hoy recuperado, por el que los vecinos de Froxán se comunicaban con las aldeas de la zona de Vilar. Aquí comienza la primera ascensión del día, no demasiado larga, que nos conduce en poco más de un kilómetro hasta la Capilla de San Roque y hasta el Castro de Vilar; subimos con calma y admirando las vistas, con el Lor a nuestros pies y la aldea de Vilamor esperándonos al fondo. Una maravilla.
Como decíamos, al final de la subida nos aguarda la coqueta capilla de San Roque, un pequeño templo construido con los materiales típicos de la zona (pizarra, madera de castaño, etc). En el interior encontramos varias imágenes, algunas pinturas y una serie de objetos religiosos muy rústicos, como un confesionario de madera que es una delicia. Por supuesto, llegados a este punto, tendremos que cumplir la tradición; y es que todo aquel que llega hasta aquí por primera vez tiene derecho a pedir un deseo, que será atendido por los santos.
Una vez visitada la capilla continuaremos hacia el Castro de Vilar, del que nos separan apenas 300 metros. Allí encontraremos los restos de un antiguo poblamiento defensivo, construido por los romanos para vigilar los caminos de acceso a las minas que tenían por la zona. A pesar de no estar en buen estado de conservación y de que apenas se conservan restos (algunas murallas, fosos tallados en la roca y restos de alguna vivienda), merece la pena acercarse, ya que el enclave es impresionante y nos ofrece unas vistas preciosas del valle.
Retomamos el sendero principal y nos dirigimos ya hacia Vilar (a 1 Km del castro). De camino iremos viendo unas curiosas cruces de madera, que se corresponden con las «estaciones» del Vía Crucis que se celebra cada Viernes Santo (entre la aldea y la capilla). Además, nos introduciremos en lo más profundo del souto, en donde encontraremos un buen número de ejemplares de castaños centenarios.
En Vilar, que se encuentra literalmente escondida en medio del bosque, nos recibe su enxebre «Campo da Festa», en el que no falta ningún detalle. Su palco, sus banderitas, los bancos para comer… Allí podremos encontrarnos con Xan de Vilar, un enamorado del Courel y uno de los habitantes más carismáticos de la sierra; incansable defensor de la naturaleza y de la cultura local, ha conseguido juntar una colección impresionante de objetos tradicionales de la zona. Si está por allí seguro que sale a nuestro paso e insiste, orgulloso, en enseñarnos su museo personal. Merece la pena.
En Vilar nos separamos de la ruta «oficial» que, desde aquí, descendería hacia la izquierda de nuevo hasta el río, en dirección a Vilamor. Nosotros vamos a dar un rodeo por Baldomir, por lo que seguimos en la misma dirección que traemos desde la zona de la capilla (veremos marcas rojas y blancas de la «Ruta do Lor»). Pasaremos por varias cabañas de piedra, veremos alvarizas, paisajes de roca y de cañón, cruzaremos varios arroyos (sin puente, cuidado en época de lluvia)… hasta llegar a la zona de A Campa, en donde descenderemos en busca del puente de Baldomir.
Una vez en Baldomir y después de cruzar el Lor por segunda vez, tenemos dos opciones para llegar hasta Vilamor. La primera es ir directamente por la carretera (2,5 km por asfalto), pasando por la «Fervenza de Rexiu». La segunda es un sendero entre bosques y prados que discurre paralelo a la opción anterior (son 3 km, con 1 km de asfalto justo antes de llegar a Vilamor). Las carreteras por aquí no están muy transitadas, así que las dos opciones pueden estar bien.
La ruta, tal como la proponemos, llega hasta las afueras de Vilamor, pero no pasa por el pueblo. Sin embargo, merece la pena que nos desviemos unos metros y nos acerquemos hasta allí, ya que encontraremos ejemplos preciosos y muy representativos de la arquitectura típica del Courel (tejados de pizarra, balcones de madera, etc). También podemos hacer una visita a la Iglesia de San Vicente (s.XVIII).
Salimos de Vilamor y comenzamos un pronunciado descenso de 1 Km, que nos llevará hasta el lugar de «Ponte Rastradoira». De nuevo otro paso tradicional sobre el río Lor, situado en un enclave espectacular, por el que cruzaba un camino histórico de la zona. A partir del puente nos resta un kilómetro de ascenso, posiblemente el más exigente de toda la jornada, para llegar de nuevo hasta Vilar. Desde allí volveremos a retomar nuestros pasos en dirección a Froxán, pasando de nuevo por el souto, por la capilla y por «A Ponte do Bao».
En definitiva, una preciosa ruta de senderismo por el corazón del Courel, para nosotros, sin duda, una de las zonas más bonitas de la provincia de Lugo y del interior de Galicia. Muy recomendable 😉