En el curso medio del Arnoia se encuentra Allariz, preciosa villa medieval declarada Conjunto Histórico – Artístico en 1971, fundada ya en el S.VI con el nombre de Vila Araricii (en honor al rey Suevo Alarico). Durante la edad media Allariz tuvo gran importancia económica, política y estratégica, llegando a ser en varias ocasiones capital del Reino de Galicia y asiento de la Corte de Castilla.
De la rica historia medieval de Allariz se conservan un buen numero de vestigios, rehabilitados y excelentemente cuidados a través de diversas actuaciones arquitectónicas y urbanísticas, reconocidas incluso con varios premios y reconocimientos internacionales. El Área de Allariz cuenta también desde 2005 con la declaración como Reserva de la Biosfera, por sus valores naturales, culturales, etnográficos y paisajísticos.
El Arnoia discurre aquí tranquilo, entre monumentos religiosos, civiles y militares. Son varias también las actuaciones que se han llevado a cabo en sus orillas, restaurando ecosistemas y habilitando una serie de parques, paseos y rutas con gran encanto. Sin embargo, como decíamos en la entrada anterior, este remanso dura apenas 6 Km, volviendo el Arnoia a su estado agreste nada más cruzar Allariz, buscando ya su encuentro con el Miño.
De nuevo en el siguiente tramo, hasta Ponte Fechas, la cuenca del Arnoia se vuelve quebrada y de dificil acceso, rodeada por profundas laderas y frondosos bosques autóctonos. Se trata de una zona de gran belleza, salpicada también por molinos y presas, en rincones como O Briñal, Ponte Ermida o Rubillós, donde comienza la pequeña ruta del Canal do Ruca.
En Ponte Fechas el río vuelve a formar una breve vega, un pequeño paréntesis de apenas 3 Km, con prados, cultivos y pequeñas aldeas, para volver e encajarse en Lampaza ya hasta su desembocadura. Comienza aquí uno de los tramos más espectaculares del Arnoia, sobre todo en su tramo final, llegando ya al Miño, donde se encuentra el denominado Cañón del Río Arnoia.
Desde Lampaza, el primer punto en el que podemos acceder al río es Ponte do Freixo, perteneciente al concello de Celanova. Se trata de uno de los dos puentes íntegramente romanos que se conservan en Galicia, junto con el de Ponte Bibei. Además, una bonita presa y la espesa vegetación, hacen de este lugar un rincón digno de visitar en nuestro recorrido.
A partir de este punto el aislamiento y la profundidad del valle se acentúan. Primero de una forma más moderada, pasando por lugares como Abeledo o Vilar da Ponte, y luego, a partir de A Ponte Nova, de forma más acusada, superando en algunos tramos los 500 metros de desnivel entre el borde del valle y el cauce del río. En este último segmento antes del valle del Miño, sin acceso posible en coche, podemos disfrutar de algunas rutas de senderismo de gran belleza, como las de O Santo y el río Gato, en Cartelle, o la Ruta del Arnoia en Ramirás.
Justo antes de llegar al Miño, el Arnoia circula por A Peneda, un paraje natural espectacular, aunque afectado por la presencia de varias minicentrales hidroeléctricas. El río forma aquí una serie de rápidos y pequeñas cascadas, rodeadas por paredes de roca de gran altura y una espesa vegetación, con especies de ribera, además de robles, alcornoques y madroños.
Un kilómetro después de A Peneda, el río llega a O Outeiro, en el concello de A Arnoia, lugar en el que se abre de nuevo el valle, dominado ya por los primeros viñedos del Ribeiro. Aquí se encuentra el Área de O Inquiau, bonito parque fluvial donde el río discurre, ya más calmado, entre molinos, presas, paseos y zonas de descanso. Quedan apenas 3 kilómetros para que el Arnoia termine su recorrido, en el lugar de Os Chaos, desembocando sin prisa en el Miño.